El milagro de los Eldar

Cada año, allá por el 24 de Diciembre, en muchas partes de occidente se celebra la llegada de San Nicolás, Santa Klaus, Papa Noel, el Olentzero, o personajes similares que en esas fechas tan señaladas nos alegran con la excusa de dar y recibir presentes. Así, nosotros y nuestros allegados pasamos buenos momentos y nos damos esos caprichos que a veces no nos permitimos el resto del año. A ésto se le conoce como "el milagro de la Navidad".

De manera de momento bianual, se sucede otro momento mágico para miles de personas. Un evento que genera expectación entre todos los jugadores de warhammer 40K. Hace dos años, y de nuevo en unos pocos días, GW nos deleitará con una nueva edición del codex Eldar.
Durante estos dos años, miles de jugadores Eldar han esperado con nerviosismo este momento tan especial. Otros miles, no Eldar, también. Estos últimos, a medida que se aproxima la fecha señalada, sueñan y hablan de que el apocalipsis está cerca, que el codex Eldar, por fin, sufrirá el nerfeo de sus sueños. Y así, se comienza a escribir la lista de deseos. Y se habla de la pérdida del escudo serpiente, de la subida de precio de las motocicletas Eldar y de la Artillería de Vaul, del aumento en el coste del Caballero Eldar, y un sinfín de peticiones que alegran sus corazones y alimentan sus ilusiones. Con cada codex, vivo el mismo panorama. Es, el "milagro Eldar".

Y con cada codex, llegado el momento de la verdad, se sucede la misma cadena de acontecimientos. GW se muestra generoso y el codex (si los rumores son ciertos), llega impecable en reglas, que ensalza las almas de los jugadores Eldar y desata las furias y llantos del resto de los demás jugadores. Pero de todos ellos, son los jugadores imperiales los que gritan y se lamentan con mayor contundencia. Porque son muchos (so we are many...), y por alguna razón, parecen sentir que ser campeones absolutos del juego es su derecho.

Con cada nuevo codex, casi desde el principio de los tiempos warhammeriles, los foros del mundo se llenan con las mismas ideas expresadas en variopintos idiomas. Se resumen en tres conceptos básicos:

- Games workshop da asco y no tiene ni idea de cómo llevar el juego y su escalada armamentística.

- Los Eldar están cada vez más rotos y todo jugador Eldar es un incompetente que juega con eso porque no tiene huevos a jugar con otra cosa.

- Warhammer 40k es un juego de mierda y van a abandonarlo en masa.


Llevo jugando con Eldar 19 años. Nunca he hecho otro ejército. Me gustan los Eldar por trasfondo y por estética, los colecciono casi por catálogo, buscando ya completar las minis que me faltan de la época rougue trader. A lo largo de estos 19 años habré acumulado alrededor de 30 mil puntos (o más) en miniaturas Eldar. Recientemente con la salida del codex Arlequín, decidí pegarle un empujón a esa facción, y supongo que tendré un destacamento ya de unos 3000 puntos o más de ellos. Por necesidades del juego de competición en los últimos tiempos, empecé también a montar un pequeño destacamento de Eldar Oscuros, más Modesto, de unos 1800 puntos.
Llevo Eldar y siempre llevaré Eldar. Nunca he ocultado que todo lo Imperial (salvo contadas excepciones) me genera repulsa. No me gustan sus minis, no me gustan sus reglas y no me gusta nada de nada su trasfondo (no offence).  No soy un xenófobo Eldar (xenófobo... curiosa palabra). De hecho soy bastante xenófilo, teniendo en cuenta que me encantan todas las razas xenos del juego. Me gusta su trasfondo sin excepción, y me gustan sus minis. Disfruto jugando contra ellos. De hecho disfruto más jugando contra ellos que contra cualquier ejército humano. Supongo que soy una especie de nacionalista Eldar digno del orgullo de Biel-tan, jeje.

El caso es que renovación tras renovación, veo que se suceden los mismos patrones. Siempre todo sucede igual. Así, en definitiva, los tres conceptos anteriores terminan convirtiéndose en:


- Games workshop da asco y no tiene ni idea de cómo llevar el juego y su escalada armamentística. Sin embargo, todos respiran tranquilos a medida que van renovando la amplia gama de codex que forman la gran familia de la facción imperial (Porque nadie parece reparar en que todo sirve para todos los codex sin dificultad ni limitación de aplicación).

- Los Eldar están cada vez más rotos y todo jugador Eldar es un incompetente que juega con eso porque no tiene huevos a jugar con otra cosa. Poco tengo que decir a ésto. Conozco grandes jugadores de todos los codex. Nunca he juzgado el juego de nadie hasta que lo he visto en una mesa. Paradójicamente los jugadores Eldar no suelen ser especialmente malos estrategas. Un jugador Eldar no es un tío que lleva seis serpientes y tres caballeros, eso tiene otro nombre.

- Warhammer 40k es un juego de mierda y van a abandonarlo en masa. Sin embargo, al final muy poca gente lo deja y todo sigue igual. Y Games Workshop hace sus ventas.


Del nuevo codex hay muchos rumores que tienen muy poca pinta de ser rumores. Los gritos han sido amargos y desgarradores. Repasemos los más importantes.

- Armas destructoras por todas partes. Falso. Armas destructoras en aquellas armas que eran distorsión. Armas que a 6 te hacían muerte instantánea e internos y que tenían por lo general fuerza 10. Armas que van montadas en los constructos espectrales, que no son especialmente baratos, ni especialmente rápidos ni especialmente fáciles de transportar. Lo que hacían antes lo van a hacer un poco mejor ahora. Y ya.
¿Que diez guardianes espectrales pueden hundir lo que sea ahora? Pues sí. Pueden romper cosas con la misma eficacia con la que los centuriones rompen las suyas. Pero sin Draigos ni Tigurius que les hagan teleportarse por toda la mesa o casi les garantice invisibilidad o ignorar cobertura.

- Caballero espectral roto. No es roto todo lo que reluce. Ni lo que más molesta, sino su coste en puntos, 85 puntos más barato que el ahora tan querido Knight. Eso es lo que duele. No duele que sea gargantuesca, ni que dispare arma destructora (o pegue destructora si decide no disparar chachi). No. Duele que es más barato. Nadie cae en la cuenta de que a pesar de ser gargantuesca, hay más armas en el juego que pueden acabar con el Caballero Eldar de las que pueden acabar con el IK. Poderes psíquicos (Gritos psíquicos que lo volatilicen, biomancia que le quite resistencia), muertes instantáneas que le hacen 1d3 heridas, gravitones (que lo siguen matando sin ningún problema y que si que se llevan a kilos), armas destructoras a las que también es vulnerable, francotiradores (aunque su nueva condición de gargantuesca lo haga más resistente). Pero de éstas cosas no se habla en público, claro. Uno puede meterle un Vidente con el nuevo poder de burbuja de voluntad de adamantio para protegerle contra poderes psíquicos... Pero vaya... resulta que entonces se me va a 400 puntos el bicho...

- Motos con armas pesadas por 27 puntos. Reconozco que, por el momento, se adivinan como la mejor tropa de línea del juego. PERO. Siguen siendo motos eldar. Siguen muriendo bajo fuego de wyvern y siguen siendo acribilladas por los misiles inteligentes de los tau. Siguen siendo las mismas motos que eran antes, que se podían matar. Que se solían jugar en unidades de tres, a la defensiva, para robar botines. Jugarlas de manera ofensiva es un nuevo rol que habrá que ver cómo les funciona en la mesa con el nuevo meta que se va a ir consolidando.


Se han dicho muchas muchas cosas más. Aparentemente el codex parece haber aumentado en potencia, y la inclusión de las "huestes" (versión Eldar de las decurion necrón), hace que de pronto se pueda abrir una puerta para poder incluir juguetes del codex arlequín o combinarlos mejor con el codex Eldar Oscuro. ¿Que Karandras te permite entrar por CUALQUIER borde del tablero? ¿Que los halcones siguen entrando en mesa sin dispersar? ¿Que las arañas pueden saltar cuando las designan como objetivo en la fase de disparo enemiga? ¿Que las escuadras de falcons pueden entra en mesa por DR sin dispersar a modo de un especie de cápsulas de desembarco Eldar? Pues sí. Pero sinceramente, no son cosas que en general no tengan ya los otros armies a su manera, ni creo que hayan aportado unas habilidades definitivas a los orejas puntiagudas.

El codex no ha salido y por tanto no se puede destripar aún como debe ser. Pero aunque los rumores sean ciertos al 100%, el codex no debe ser juzgado en comparación con lo que ya ha salido (es excepción del nuevo codex necrón), sino en comparación con lo que vaya saliendo. No hay que olvidar que en este juego, el equilibrio de poder siempre es cíclico. Podemos coger como ejemplo el Caballero Eldar. Llegó al juego con los no eldar rasgándose las vestiduras. Se erigió por un tiempo como un coloso imparable que surcaba casi impune las mesas. Un día, el dios GW otorgó a los humanos la tecnología gravitón y la comunidad respiró más tranquila. Nadie gritó ni abrió hilos en los foros sobre lo rotísimos que estaban los centuriones, nadie lloró en masa por ellos. A pesar de ellos, los caballeros siguieron viéndose, no todo el mundo llevaba gravitones. Un día, llegaron reclutas por 3 puntos, y maravillosas pelotas de humanos endebles con sacerdotes y sargentos cubiertos de bombas de fusión. Y de pronto el Caballero Eldar también tenía que esquivar a estas pequeñas hormigas sacrificables que le hacían estallar las piernas a golpe de cargas de fusión. Aún, algunos caballeros eldar seguían caminando ágiles sobre escombros. Un día, la fe del Emperado inspiró a los Caballeros grises y la muerte instantánea se volvió de saldo. Y unos enclenques (al lado del Caballero espectral) llamados Servoterrores, blandieron poderosos mandobles que marchitaban sus almas en un suspiro. Y de éstos, no era tan fácil escapar. Los escombros de planetas heridos comenzaron a vibrar cuando las toneladas de metal de los Caballeros Imperiales se desataron por los campos de batalla del cuadragésimo primer milenio. Con sus poderosos mandobles dentados, partían en dos a los colosos Eldar... o de alguna manera inexplicable, los pisoteaban hasta hacerlos desaparecer. Finalmente, herederos de las Guerras del Cielo, los necrones subieron un par de puntos la potencia de sus generadores Gauss... y ahora cualquiera podía abrir un agujero en el antaño indestructible hueso espectral del gigante Eldar. Y con eso, los Caballeros Eldar se extinguieron del frente, se pusieron sus mochilas, y volvieron a recolectar gemas en los mundos ancestrales... hasta que los Devoradores de Almas, hacha destructora en mano, comenzaron a rebanarlos sin miramiento. Dos años después, el Caballero Eldar dejaba de tener uso y sentido.

Éste es el ciclo de este juego, llamarse a engaño o disgustarse es no tener claro cómo funciona el mundo 40K. Disgustarse por ello... tener poca paciencia.


Con la salida del codex Necrón, y la instauración del sistema decurión, el panorama de este juego ha cambiado. El meta que era ya no será más. En la nueva era, la batalla se desarrollará en toda la mesa desde el turno 1, sin piedad y sin opción. Ya no hay (y menos habrá), turnos de aproximación. La escenografía cada vez es menos importante, con unidades que aparecen donde quieren y cuando quieren, sin dispersarse. Con armas que ignoran el terreno o la línea de visión, que niegan cobertura, o que pueden atravesar edificios y paredes o posarse en impasable. Ya es posible lanzar cargas a 36 um (necrones o arlequines).
El juego será cada vez más rápido y más letal, y la mesa se hará cada vez más pequeña. Que las motocicletas Eldar puedan turbear por toda la mesa no será ninguna panacea cuando ya no exista un lugar seguro en el que posarse. Que las arañas puedan saltar en la fase de disparo no será tan definitivo cuando las armas que ignoran terreno las volatilicen. Las armas destructoras no serán tan letales cuando invulnerables de 3++ o 2++ puedan repetirse en una mesa. El juego evoluciona y el nuevo codex deberá entenderse y explicarse en ese nuevo escenario.

En un entorno de juego donde ya no hay periodos de aproximación, miedo me da aventurar la capacidad descomunal de disparo que les van a otorgar a los nuevos Tau, con cadencias que se van a reir del cañón punisher y con armas acopladas hasta en la sopa. Sin duda se vislumbra un nova que desemboque en disparos destructores desde la ríptide. Y los defensivos desde vehículos seguro que terminan siendo un habitual genérico. Adereza ésto con el sistema decurión... y seguro que nos enfrentaremos a un codex atroz.
Los Marines espaciales, eje central de una facción donde cada codex y capítulo nuevo se limitan a una excusa para generar nuevas y más letales formaciones e introducir armas y opciones cada vez más competitivas, no tendrán nada que envidiar. Si los nuevos codex lo que hacen es llevar al extremo los estereotipos propios que definen a cada ejércitos (resistencia pura para los necrones, velocidad punta para los Eldar), sin duda les darán a los marines espaciales un codex que digno de sus habilidades de intervención militar. Me huele a cápsulas desde el turno uno sin restricciones. Es más, me huele a un control de las reservas sin precedente.


Que llorar por el codex Eldar se deba a un fundamento real más que a una tradición bienal es responsabilidad de todos. GW sabe perfectamente lo que hace con su juego. Controlan perfectamente su desarrollo y consiguen que las ventas sigan fluyendo. Es un negocio, y se basa en vender, y sin duda saben como hacerlo. Ningún otro juego del mercado ofrece la gama de miniaturas, edificios, vehículos y trasfondo que ofrece Warhammer 40K. Ningún juego ofrece a sus jugadores un flujo tan constante de reglas, miniaturas nuevas, y en general, frikismo, que éste. El juego es complejo, y caro, pero no prohibitivo. El juego de competición sí es más caro. Pero todas las actividades de competición en todas las disciplinas son caras, y más caras cuanto mayor es la exigencia de la competición. Preguntarle a un runner cuánto se gasta al año en equipación deportiva y en el pago de inscripciones a carreras.

Un hobby, especialmente uno friki, suele conllevar un desembolso económico. 

Triste, pero cierto.